Esta vez hemos traspasado la frontera #ylosabemos.
Una cosa es reciclar un tapón,un retazo de madera,un bote....
Pero llegar hasta esa anilla anodina que habita justo
debajo del tapón de la garrafa de agua,siiii.Esa anillla flexible
llena de pinchos,insignificante,eso chicas,roza el límite del
delito a nuestro entender.
Ha sido in extremis y porque en ese momento
ni siquiera podíamos acudir a los socorridos Asian Shop,
que seguro tenían a la parienta genérica de dicha anilla.
Pero cuando decidimos realizar estos adornos,en horarios
intempestivos solamente pudimos tirar de tal ilustre complemento.
Pero en su favor podemos decir que es fácil de trabajar y maleable.
Que le ponemos un hilo gordito,queda más grande,si es más
finito queda más recogido el resultado.
En fin que estamos pensando que otra cosa más que vamos
a atesorar.Además el plus de la ligereza no se lo quita nadie.
Y el resultado final puede tener tantas versiones como colores o
abalorios le pongamos.
Amenazamos con volver más adelante con otras
de motivos navideños,ahí lo dejamos.
E instaurarlas como deporte pasional,anillinplasting...
Y vosotras ¿en qué momento os disteis cuenta de que
habíais traspasado la frontera? Contadnos,jijiji. No valen hojas secas!
Con todo esto casi llegamos al FIN.
Y nos enlazamos con Marcela.
Muchas gracias por ser cómplices de esta locura
virtual,nos encanta que estéis ahí.
ADÉU
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